Transcribo un parágrafo do estudio introductorio sobre a novela HAMBRE de Knut Hamsun, que me parece interesante e craro:
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Cuando Hamsun, más de cincuenta años después (de publicar esta novela), estaba a punto de ser juzgado por traición a la patria a causa de su calurosa defensa del régimen nazi que durante cinco años tuvo que sufrir Noruega, contestó de la siguiente manera por escrito a las preguntas formuladas por el psiquiatra nombrado por el Fiscal del Estado:
Yo nunca me he analizado a mí mismo más que forjando en mis libros varios cientos de personajes, cada uno en particular tejido a partir de mi propio ser, con sus defectos y sus cualidades, como tienen todos los seres inventados. En la época llamada "naturalista", Zola y sus coetáneos escribían sobre personas de características muy generales. No necesitaban de esta psicología tan compleja. Las personas tenían una facultad dominante que guiaba sus acciones. Dostoyevski, entre otros, nos enseñó a todos algo más sobre las personas: "Desde que comencé creo que no hay en toda mi producción un solo personaje que presente esa facultad dominante tan absoluta y monocorde; todos carecen de eso que llaman "carácter"; están divididos interiormente, fragmentados; no son ni buenos ni malos, sino las dos cosas, complejos, de ideas y conductas cambiantes. Y así sin duda soy también yo mismo..."